miércoles, 26 de agosto de 2009

Ey, Burbuja, repeticuá (usted no aprende): De Hi5 con amor

Un “nuevo proyecto de totalidad de diferencia total” es una frase incomprensible, por no decir que es una contradicción en sí misma. La palabra proyecto implica ya algo común. De otra manera esta simple expresión no podría siquiera ser formulada. Diferencia total. En cada parte del mundo una mujer aproximadamente cada nueve meses da a luz un pequeño. Cómo piensa eso con su “diferencia total”. La experiencia del cuerpo, el lenguaje, la expresión retórica, cada una un camino hacia la universalidad. Esbozos históricos y limitados. Toda una orientación: retomar lo mejor de la modernidad y plantear la base teórica y filosófica para proyectos sociopolíticos en común, con ambición universal. No dudo de que cada uno de estos planteamientos tenga la mejor intención. Sin embargo, ¿cómo pensar en proyectos universalisadores cuando ni siquiera se han logrado las condiciones mínimas de existencia?

Es un acierto suyo el pensar la alteridad como un problema sociopolítico también. Aun así el reducirlo a la dialéctica parecerse al más bonito, rubio y adinerado es una barbaridad. No dudo que, también, sus intenciones sean las más honestas. Parecerse al que tiene el poder no es una característica de nuestra época. Tal vez, la particularidad radica en que este fenómeno tiene por primera vez un alcance universal gracias a los medios de comunicación y a la lógica de mercado. De todos modos es “demasiado fácil” relacionar esta lógica de lo mercantil con la lógica del poder. Que la televisión, el internet y los demás medios de comunicación masivos son los grandes generadores del sentido común nadie lo pone en duda. Ahora que la seducción del poder se ejerza a partir de una sola imagen, eso es cuestionable. Me atrevería a decir que en realidad lo que se generan son mundos posibles y alternos que mantienen una cohesión/coherencia sumamente poderosa, al punto de funcionar como pequeñas matrix con su propio aire artificial. La realidad y el juicio moral válido es el que dicta Magaly Medina; como censora de la ética, la moral y los buenos valores; su mirada ha permitido la conciliación de mundos diversos amparados en una misma tabla de valores. Otra vez lo bueno y lo malo. Una lógica que distrae/organiza unidades de sentido diversas y autosuficientes. La autoconstrucción de la identidad no solo obedece a una exigencia de la propia vanidad, como usted piensa, sino a una serie de procesos generadores de sentido. El Hi5 ofrece la posibilidad de entrar en esta esfera. No creo que nadie asuma esto como la “realidad”; no creo que nadie, tampoco, sea capaz de discernir entre ambas. Esta época explota como ninguna otra, en mi opinión, las fracturas de la identidad. Nadie sabe quién es. Toda fatalidad es innecesaria. La posibilidad de mundos posibles, en los que cualquier persona es cualquiera, es la realidad. No ha sido suficiente con mostrar que la realidad cotidiana es una construcción, sino que ahora se ejercita en la praxis demencial de mundos posibles. Este mecanismo no solo forma parte de las estrategias del poder estatal o de una sesión de los amos del mundo, sino que deriva de una nueva experiencia ontológico-existencial que goza en la imposibilidad de los límites. Hasta el cuerpo ha pasado de materia a signo, y por lo mismo se ha vuelto diseñable. Vivimos en la época de los desvaríos de la razón. Atrapado en el laberinto del signo domesticado(r). El intelectual y las máscaras. Efectivamente, el intelectual se debate entre arrancar máscaras o colocarse una. La diferencia radica en que su máscara solo puede ser el vacío. En este momento el intelectual tiene más de místico que de ideólogo.

No hay comentarios: